En el vertiginoso mundo de la arquitectura industrial y la sostenibilidad, el Nuevo Centro Logístico de Mayoral en Málaga, España, destaca como un faro de innovación. El proyecto no solo redefine la tipología convencional de almacén, sino que también ejemplifica un compromiso con la eficiencia energética y la prefabricación. En el corazón de este diseño de vanguardia se encuentra una fachada de alto rendimiento, un testimonio de la integración perfecta de forma y función.

El nuevo edificio está ubicado junto al almacén protegido de Vázquez Molezún, rehabilitado por el mismo equipo en 2018. La idea del proyecto radica en la implantación urbana dentro del centro logístico junto al almacén existente.
El Nuevo Centro Logístico de Mayoral tiene un volumen masivo con una superficie de 18.814 metros cuadrados y alcanza una altura imponente de 20 metros. Por ello, para integrar ambos edificios y suavizar el importante desnivel entre la nave existente y la nueva estructura, el proyecto se ha planteado en torno a dos ideas clave:

1. Curvar la fachada para romper la geometría rectangular convencional de los edificios industriales.
2. Buscar un lenguaje de inspiración textil que homenajee a la industria textil, explorando el concepto de fluidez, transparencia y opacidad de los tejidos.

Desde el punto de vista técnico, el proyecto se basa en dos pilares fundamentales: la prefabricación y la eficiencia energética.

Se trata de una obra con un alto grado de prefabricación y salvo la cimentación y algunos elementos menores, todo el proyecto ha sido prefabricado y montado en obra. La prefabricación, junto con el uso de la tecnología BIM durante los procesos de diseño, proyecto y construcción, ha permitido un cumplimiento preciso de los plazos y el presupuesto.

La fachada, una cuidadosa integración de diseño y funcionalidad, cuenta con cinco grandes arcos que forman las cuatro fachadas. Subdivididos en arcos más pequeños, estos elementos crean la ilusión de un edificio envuelto en tela, que recuerda las expresiones artísticas de Christo y Jeanne-Claude.La fachada está diseñada como una doble piel bioclimática: una capa externa de láminas de zinc microperforadas y una capa interna de paneles multicelulares de policarbonato.

Este diseño adopta el concepto de fachadas translúcidas, ofreciendo un delicado equilibrio entre luz difusa y opacidad. El sistema de fachada translúcida interior, integrado en el diseño, permite una abundante luz natural, lo que reduce la dependencia de la iluminación artificial durante el día. Esto no solo contribuye a la eficiencia energética, sino que también crea apariencias visualmente dinámicas, especialmente cuando se ilumina por la noche.

La eficiencia energética está a la vanguardia de la filosofía de diseño del proyecto. La fachada de 20 metros de altura es un testimonio del compromiso del proyecto con la sostenibilidad. La combinación de una capa de policarbonato translúcido y una capa exterior de lámina de zinc microperforada garantiza un interior con equilibrio solar y térmico.

Por un lado, la capa interior de policarbonato garantiza durabilidad, resistencia al impacto, protección UV, transmite una difusión uniforme de la luz natural y proporciona un aislamiento térmico superior. Por otro lado, la capa exterior de zinc protege el interior de la radiación solar directa y filtra la luz natural. Este innovador enfoque minimiza la necesidad de iluminación artificial, regula el consumo energético del edificio y crea un interior iluminado de forma natural a lo largo de toda la altura de sus cuatro fachadas.