Ubicado en Miami, este departamento destaca por su diseño contemporáneo y su imponente vista hacia el mar, lo cual constituye uno de sus mayores atributos. La propuesta arquitectónica fusiona estética y funcionalidad, generando espacios amplios, confortables y llenos de luminosidad.
El diseño interior prioriza la integración de ambientes. La sala principal, con mobiliario de líneas limpias y modernas, se conecta visualmente con la cocina abierta y el área de comedor, creando una atmósfera continua y fluida. La cocina destaca por el uso de mármol oscuro en la isla central y detalles de iluminación indirecta, que enfatizan su diseño.
La recámara principal, orientada hacia el mar, ofrece una experiencia de tranquilidad y descanso, donde la luz natural y las vistas panorámicas se convierten en protagonistas. Los colores neutros en muros y textiles, junto con la calidez de la madera y la sutileza de la iluminación, refuerzan un ambiente relajado y sofisticado.
La paleta de materiales y acabados juega un papel central en la definición del carácter del proyecto. Se ha utilizado porcelanato de gran formato en tonalidades grises para los pisos, lo cual aporta uniformidad y una sensación de amplitud. La sobriedad de este material se contrasta y equilibra con el uso de lambrines de madera en muros y puertas, añadiendo calidez y textura a los espacios.
Este departamento es un refugio donde el mar y la arquitectura se encuentran en perfecta armonía. Cada espacio está diseñado para capturar la luz natural y enmarcar las vistas, creando un diálogo constante entre el interior y el mar.
Equipo:
Arquitectos: Taller de arquitectura conceptual
Alberto Dana, Daniel Dana, Margot Betech, Tonathiu Jacinto y Francisco Bello
Fotógrafo: Eugenio William
